Praga es un cúmulo de sensaciones, es romántica y apresurada, antigua y moderna y toda ella desprende algo mágico.
Sus callejuelas serpenteantes que van a morir al río Moldavia, el Barrio Judío, las leyendas del Golem, Petrin, su caso histórico (Patrimonio de la Humanidad), el Castillo de Praga.Cafés que invitan a sentarse un rato antes de adentrarse en el casco nuevo totalmente cosmopolita con edificios magníficos entre grandes bulevares y avenidas conocido como Ciudad Nueva.
Uno de sus edificios más emblemáticos es el conocido como Casa Danzante, diseñado por el arquitecto checo-croata Vlado Milunic en colaboración con el renombrado arquitecto canadiense-estadounidense Frank Ghery en una parcela frente al río Moldavia.
El edificio fue diseñado en 1992 y terminado en 1996. En un principio levanto fuerte polémica al estar rodeado por edificios barrocos, góticos y Art Noveau del céntrico distrito Praga 2, y que según un sector de la poblacion no concordaba con estos estilos arquitectónicos. Ghery originalmente llamo al edificio Ginger y Fred por los famosos bailarines y pareja cinematográfica Ginger Rogers y Fred Astaire y la sensación que evoca la construcción a un pareja de bailarines, pero este nombre rara vez se utiliza. Además el propio Gehry posteriormente reconoció cierto «miedo a la importación kitsch estadounidense de Hollywood a Praga», por lo que el mismo descarto ese nombre.
Y es que la ciudad de Praga ha sido escenario de infinidad de películas rodadas integra o parcialmente en sus callejuelas, plazas y monumentos. Filmes tanto ambientados de época como Amadeus, El Ilusionista, Van Helsing como bélicos Stalingrado. El magnífico discurso final que emociono y aún emociona de El Gran Dictador de Chaplin tiene como telón de fondo la Ciudad Vieja. Recientemente se han rodado filmes de acción trepidante con telón de fondo en las calles de Praga. Daniel Craig ha correteado por ellas en su tercera incursión de James Bond desde el comienzo en la Danube House, o la biblioteca del Monasterio de Strahov como Casa de los Comunes, antes de jugar su partida en el Casino de Karlovy Vari. No sólo nuestro héroe Bond ha salvado al mundo desde Praga. También Ethan Hunt paseo por sus calles en Misión Imposible y un desmemoriado Matt Damon recalaba en ellas en el principio de El Caso Bourne, y los héroes post-modernos de XXX incursionan en el laberinto de espías y contraespías, con el apoyo de los humanoides de Hellboy y resucitados de La Liga de los Hombres Extraordinarios. Se podría seguir y seguir desde El Estudiante de Praga en 1913 hasta l mítica obra La Insoportable levedad del ser han tenido como denominador común ese aire lánguido y traslucido que respiró Kafka.
Como anécdota cinematográfica concluir con la frase de la mítica Katerine Hepburn al ver el edificio: El le da la clase y ella le da sensualidad.
Viajes, Arquitectura y Cine 